sábado, 20 de mayo de 2023

Retened lo bueno

Busca lo bueno en los demás y descubriras cualidades dignas de imitar. Filipenses 2:3


Podemos tener gratos momentos en circunstancias menos pensadas. Un día lluvioso y sin electricidad puede convertirse en una hermosa velada familiar e intercambio de ideas, que, en muchas ocasiones no surgen espontaneamente. Estamos tan atareados con los quehaceres diarios que si para hallar una pausa "tiempo de calidad y entretenimiento" es dificil, aún ¿cuánto más difícil será hallar un tiempo necesario para para discernir cada detalle de nuetsras vivencias, separar lo bueno y meditar al respecto? es casi nulo.

Cuando tenía 14 años conocí a jóvenes de la iglesia muy fuertes en el evangelio. Todos tan obedientes y con bases bien fortalecidas. A esa edad uno siempre busca su identidad y estás en el constante búsqueda de quien realmente quieres ser, pero más aún, como quieres que los demás te vean y traten. La aceptación de otros es muy importante en tu crecimiento y recién comprendía muchas cosas que antes por inercia uno de pequeño lo hace. Mientras pasaba esa etapa algunas de mis amigas cometieron errores y pronto se alejaron de la Iglesia. Fue muy triste no tener la fortaleza necesaria para ayudarlas y mientras más pasaba el tiempo, yo escuchaba comentarios negativos y ciertos o no, eso me molestaba mucho, mi rebeldía fué más grande hasta que pronto yo sola ya no quería ir. El obispo siempre fue un apoyo y un gran modelo de humildad y amor, su paciencia y perserverancia hizo de que siempre tuviera a Jesucristo en mi vida, sin envargo lo ví siempre tan alto y tan bueno que yo pensaba que nunca llegaría a ser una persona así de buena. Mientras pasaban los años en la Iglesia, pronto las jovencitas y jóvenes activos fueron asumiendo cargos en la Iglesia y yo siempre recordaba a quienes se alejaron. Siempre tuve el temor de que me llamaran a ser una líder, pues creía que nunca estaría a la altura de ellos, y que cometería muchos errores y que por mi culpa, buenos hermanos podrían alejarse o causar una mala impresión del evangelio. Así que me dediqué a apoyar a todos desde donde me encontraba Siempre: En el grupo de los miembros activos. Entregué siempre afecto y amistad a todas las personas, hacía todo lo que sentia que necesitaban y eso me bastaba. Siempre hacer sonreír a los demás me llenaba de gozo.

Pero las bromas y lo divertido que podía hacer para alegrar a todos se quedaban afuera del salón cuando comenzaban las clases y reuniones de la Iglesia. Mis líderes siempre sufrían mucho conmigo, porque mi personalidad es muy peculiar y siempre tenía algo que decir que podía divertir a todos, inluído muchas veces ellos mismos. El problema era de que al acostumbrarme a la atención y sonrisas de todos hacía de que cuando había que atener a las clases, eran otros quienes si tenían la atención, sí, todos los demás que leían y se aprendían todas las lecciones las cuales yo no podía memorizar y me costaba entender.

Mi maestro siempre tuvo paciencia y con amor siempre continuaba la lección, pero yo no comprendía ¿Por qué debía estar tan tranquila y sin hacer reír a nadie tantas horas? Fué difícil, hasta que el Obispo y mis padres me enseñaron de que el aprender del evangelio de Jesucristo en una clase depende más que leer, memorizar y responder todas las preguntas, es de mantener el espíritu en tí y por lo tanto, mantener un ambiente adecuado.

"Mas les enseñaréis a andar por las vías de la verdad y la SERIEDAD; les enseñaréis a amarse mutuamente y a servirse el uno al otro".

El Espíritu Santo no puede morar donde hay desunión y falta de armonía. Un creyente es alguien que sigue y conoce las enseñanzas de Cristo no solo en su mente sino también en su corazón y cuyas obras son testigo de esa creencia. Si bien era cierto, practicaba siempre el amor fraternal para todos los miembros, debía mantener el equilibrio entre lo alegre con lo irrespetuoso. Me costó mucho, pero los años y el esfuerzo, me ayudaron a poder manejar esa parte de mí que a veces aún surge, pero sé manejar.

"Preséntate en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza, mostrando integridad, SERIEDAD, Tito 2:10

Debemos también esforzarnos por percibir cuándo nos “[separamos] del Espíritu del Señor, para que no tenga cabida en [nosotros] para [guiarnos] por las sendas de la sabiduría, a fin de que [seamos] bendecidos, prosperados y preservados”(Mosíah 2:36)

Debemos mantener el espíritu para recibir revelación: "Ceder a las emociones como la ira, el malestar o el ponerse a la defensiva alejará al Espíritu Santo. Esas emociones se deben eliminar o nuestra oportunidad de recibir revelación se verá reducida.Otra regla es ser cautos con el sentido del humor. Las risotadas ofenderán al Espíritu. El buen sentido del humor ayuda a la revelación, las risotadas no. El buen sentido del humor es una válvula de escape para las presiones de la vida. Otro enemigo de la revelación proviene de la exageración o de hablar en voz muy alta. Un hablar cuidadoso y calmo será favorable para recibir revelación". - ÉLDER R.G. SCOTT

"Pues bien, mis amados hermanos, yo, Jacob, según la responsabilidad bajo la cual me hallo ante Dios, de magnificar mi oficio con SERIEDAD, y para limpiar mis vestidos de vuestros pecados, he subido hoy hasta el templo para declararos la palabra de Dios". Jacob 2:2

Pronto cuando me encontraba en una reunión de la Iglesia donde yo era nueva y me sentía muy receptiva, ya que ser observador es muy importante para comprender y atender a nuevas personas. Cuando de pronto el líder comenzó su lección con una llamada al orden. Era complicado para él lograr que el espíritu se mantuviera donde las personas estaban en grupos separados, con mucha hambre y calor. Fue frustrante para mí no poder hacer más que en silencio observar e intentar mostrarme receptiva a lo que el líder hablaba, pero aún así oía murmuraciones, teclas de celular, páginas de libros volteandose, etc. Era increíble lo que yo estaba viendo, pero una escritura ayudó a comprender mejor.

“Sed uno; y si no sois uno, no sois míos” (D. y C. 38:27). Nuestro Padre Celestial quiere que nuestros corazones estén entretejidos en uno solo. Tal unión en el amor no es simplemente un ideal, sino una necesidad.

Que el Señor pueda ayudarnos a poder mantener el espíritu de orden.


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